Esta historia gira alrededor de una caja. Desde afuera, la vieja caja de madera no tiene nada de especial. Adentro, sin embargo, contiene un mundo de historias. En su interior hay objetos aparentemente insignificantes que han sido perdidos, olvidados o tirados por gente desconocida: desde un pedazo de encaje hasta un recado de una colegiala, desde un fragmento de cristal hasta una fotografía descolorida. La caja pertenece a Esmeralda (Paulina Gaitán), una adolescente enrabiada y defensiva. Esmeralda está harta de todo: de su familia, de sus responsabilidades, de su vida. Entonces, se refugia en su caja de objetos. En sus manos estos objetos cobran vida: a través de ellos inventa historias que no vive, emociones que no siente, gente que no ama.