Lucía y Marcus aprenden a la mala que el camino para decir "Sí, acepto" puede estar lleno de conflictos familiares. Cuando regresan de la universidad para anunciar repentinamente sus planes de matrimonio, pronto descubren que sus padres -dos ególatras exagerados sumamente competitivos- pueden provocar una tremenda cantidad de caos en su día especial. Con los temperamentos a flor de piel, todo mundo se pregunta si los posesivos padres sobrevivirán para caminar vivos hacia el altar.