Tobías, un joven preparatoriano, tiene problemas para integrarse. No tiene amigos, y su padre, el detective Romano, constantemente lo hace menos. Así, Tobías se refugia en sus dibujos. La historia comienza cuando Tobías visita a Susana, su psicóloga. Una jovencita internada en el hospital, aterrada, le muestra a Susana una dirección electrónica. El papel con la dirección electrónica va a dar a manos de Lucía, hija de Susana.