El Solitario veste siempre el mismo traje y emprende un viaje que le llevará primero a Madrid, luego a Sevilla y, finalmente, a un pueblecito de Almería. En estos tres lugares se sentará en la terraza de un bar y pedirá dos expresos en tazas separadas y recibirá la visita de extraños personajes con los que irá intercambiando cajas de cerillas que contienen distintos mensajes cifrados que le indican en qué consiste su mision.